Ensayo
Londres, el año de la amapola puede ser visto como un mero cuaderno de viaje o como un ensayo ligero a propósito de qué pensamos sobre aquello que vemos, o qué experimentamos cuando creemos que nadie nos observa o que nuestra experiencia, lejos de casa, carece de la menor relevancia, pues en ella no hay nada heroico o singular. La autora desenfoca con igual pericia los temas que le ocupan y el objetivo de la máquina de fotos con la que capta su propio día a día en la ciudad. Ni gacetillera ni reportera, la subjetividad con se aplica a mirar en torno suyo le permite hacer propios los rincones que la cobijan en Londres.
En 2014-2015 Gran Bretaña rememora su experiencia bélica en la Primera Guerra Mundial. Para cualquier observador ajeno a la cultura nacional, la capital, Londres, se engalana de amapolas rojas, flores que son el símbolo de la sangre vertida por los combatientes en aquella guerra. El título de este libro alude precisamente a esta particular manifestación de la memoria compartida.
Un comienzo iniciático como puerta a una gran aventura. Muerte y Renacimiento es la obertura que da comienzo a Politeia, una ambiciosa obra política en torno a república y democracia. En este episodio introductorio, Miguel Gelardo emprende un viaje a través de un periodo de su vida para pensar la universidad como estudiante. Lo hace acompañado de su amigo Bastian, en un periplo por el espacio-tiempo, con el diálogo como motor narrativo. La música, la cultura clásica y contemporánea y la imagen complementan un viaje de descubrimiento de la vocación y una reivindicación de la libertad, la docencia y la creatividad en la educación.
La lógica científica contada en 101 historias nada científicas.
El libro que tienen en las manos no es un libro sobre Cajal aunque lleve a don Santiago ya en el título, pero sí es un íntimo y personal homenaje a su memoria con la que el autor está en deuda, pues parte de su vocación médica y científica es debida a su ejemplo. Si acaso tiene alguna pretensión, es la de acercar a posibles lectores poco iniciados al interés por la ciencia o, utilizando un término deportivo, la de hacer afición. Además, compartir la experiencia de un oficio, el de médico de día y científico de noche, que ha ocupado al autor durante más de cuarenta años, al cabo de los cuales el trabajo diario le ha ido moldeando, cultivando, hasta convertirse en una cultura que —como dice Fernando Savater cuando le preguntan para qué sirve la cultura—, le ha sido muy útil para disfrutar y gastar poco dinero. Si su lectura le ayuda a alguien a conseguir estos modestos objetivos el empeño habrá estado justificado. Se han incluido historias, historietas y chistes pero, sobre todo, es un modesto intento de contribuir a despertar el interés por la ciencia en un momento en el que, en nuestro país, los recursos para la investigación científica se han reducido, con la disculpa de la crisis, de una manera tan drástica.
¿Qué es la timocracia? ¿Cómo actúa? ¿Qué estragos causa? En El timócrata. Cómo acabar con la timocracia no solo se analiza este mal que afecta a la sociedad contemporánea y es uno de los factores provocadores de la gran crisis actual, sino que se expone una serie de medidas para poder exterminarla. También se da un mensaje alentador: “Aunque estemos empezando todavía, con seguridad acabaremos con ella y nada ni nadie podrá llegar a poner freno a nuestra economía”.
No puedo con las injusticias combina referencias cinematográficas, literarias y musicales, transportándonos a una época histórica y política reciente, con notas biográficas. El objetivo fundamental del libro es recoger el número de injusticias ocurridas desde la Transición hasta bien entrada la democracia: la miseria social de los años cuarenta y su espectacular mejoría posterior; los crímenes cometidos tanto por republicanos como por nacionales; la entrada y desaparición de “los maquis” durante 1951 y 1952; el gran logro en política exterior con Estados Unidos durante el régimen de Franco; la injusta expropiación de la empresa Rumasa de Ruiz Mateos y la extraña venta de Galerías Preciados durante el mandato socialista; el funcionamiento de la justicia en Madrid; las oscuras muertes del almirante don Luis Carrero Blanco y del duque de Cádiz, don Alfonso de Borbón y Dampierre; a quién le corresponde realmente la corona de España, ¿a don Luis Alfonso de Borbón Franco o a los hijos de don Juan Carlos?; la vida, a grandes rasgos, de doña Leticia Ortiz y otros.
Como veis, “no estamos solos”, esta multitud que nos aprieta está a nuestro alrededor. Sabed mirarla, distinguirla, amarla y llevarla a Dios. La autora, metida de lleno en el mundo actual y con un conocimiento profundo de las circunstancias que vivimos, siente la necesidad “en el atardecer de la vida” de compartir su experiencia de fe y dar un testimonio personal y femenino, como el Papa quiere, a través de sus libros a esa multitud que nos rodea, para acercarlos a este Dios que tanto nos ama.
Destellos del octavo día o Fecundo amanecer son una recopilación de elucubraciones, cuentos y narraciones diversas cuyo punto de partida es:
“Amanece la vida y el hombre busca en su interior y se pregunta ¿Quién soy? ¿Qué es esto? ¿Por qué y para qué? Desde el principio antes de todos los tiempos moraba la Sabiduría, esta alumbró, y dio a luz a todo cuanto existe. ¿Por qué dicen las Escrituras que todo fue creado en siete días? Para la cultura israelita el siete es un número que significa plenitud, totalidad.”
Fui creado porque ya me conocía y me amaba, así que no voy nadando por este océano del Universo, sin saber por qué, sino que me precede un conocimiento, una idea y un amor que es el fundamento de mi existencia. El amor es el anhelo fundamental, la fuerza que mantiene unida a la raza humana, al clan, a la familia, a la sociedad. Sin amor la humanidad no podría existir ni un solo día. (Benedicto XVI en Dios y el Mundo)
En el verano de 1946, escuchando una conversación de tres médicos, un cirujano joven le decía al médico mayor: “Es terrible verse delante de la cama de un enfermo de cáncer y no poder curar, porque no sabemos lo que es”. El cáncer es una enfermedad de la célula. ¿Cómo es una célula sana? ¿Cómo es una célula enferma? La célula enferma al acumularse el lactato en el interior por la inhibición de una enzima. Éste es el itinerario de investigación que sigue la autora. Si conocemos la causa de la “obstrucción” de la célula, ¿puede evitarse el cáncer?
Cuenta San Pablo en los Hechos, que los atenienses tenían un altar dedicado Al Dios desconocido. Ellos buscaban como hoy y como siempre. En Rusia después de setenta años de la revolución que ha definido la religión como superflua y engañosa, existe un 62 por ciento de buscadores, gente preocupada que experimenta la existencia de algo superior, aunque no lo conozcan todavía (C. Ratzinger). Buscadores de ese Dios desconocido hay en todas partes, somos todos. Este libro intenta ayudarte a descubrirlo, a saber un poco más de ese Dios, que sobre todo es amor. En este libro hay textos de las Sagradas Escrituras, Catecismo de la Iglesia Católica, Padres de la Iglesia, últimos Papas y otros grandes Santos. También hay algunas notas de los libros Intimidad Divina y Cristo vivo que han servido a la autora desde muy joven de inspiración y ayuda.
El tecnócrata comprime dieciocho años de la historia de México (1982-2000), años en los que la tecnocracia invadió los espacios públicos y evidenció cómo la adicción al poder a veces no tiene siquiera un freno en la conciencia. El tecnócrata posee elementos del antiguo teatro griego y del teatro contemporáneo y es una exposición en la que los personajes son en realidad hombres y mujeres libres que ocuparon un escenario con acentuadas diferencias sociales: México, país que ha rehusado a ser gobernado a partir de modelos econométricos extranjeros.
¿Vale la pena aprender alemán? fue concebida antes de que la República Democrática Alemana celebrase su XL aniversario, antes de que la división berlinesa desapareciera y antes de que la reunificación alemana se formalizara en julio de 1990. El autor nos presenta personajes tan distintos como famosos, tan atractivos como decepcionantes: Hegel, Beethoven, Schiller y Hitler..
